para leer la pagina semanal del Rab Maaravi
Queridos míos,
Jodesh Siván explicaban nuestros maestros, es un tiempo donde 'vuelve el color al rostro'…Recuperarse de la dura esclavitud. Enfermedad de una obediencia insensata que nos llevó a descender grado a grado la condición humana. Y a perder 'el color'…Sinfonías de matices que hacen de neustros rostros, la figura de un 'iluminado', cuando la salud física y mental habitan en él.
Egipto también nos quitó ese aspecto entre otras cosas. Y si bien la 'oscuridad' no tocó las puertas del hogar judíos -"ulejol Israel haiá or bemoshevotám"-, esa oscuridad empañó el espíritu y la capacidad vital de los judíos…
Llega Siván y regresa "ziv penehém": el matiz iluminado de sus rostros. Más allá del desierto, Israel alcanza un tiempo de salud. Porque la libertad se viste de gala cuando se abraza con la ética. Cuando lo moral emerge por entre las sombras de ese cautiverio, que sólo se habrá de quebrar a los pies de la Montaña. La más pequeña entre todas. Porque para crecer, se requiere ante todo, ser pequeño…
Shabat Kodesh que precede a Shavuot. Shabat cuando se 'dibujan' esos rostros saludables. Sonrientes diría. Expectantes, siento. Rostros que todo lo dicen, aún en su silencio. 'Paním' -rostros- es el fiel reflejo del 'Pením' – la dimensión interior del hombre. Cada cual dibuja una realidad, y cada cual se torna respuesta. Y asñi alcanzaremos a permanecer frente a HaShem -"Paním el Paním"- en ese día. Ser merecedores de un regalo inesperado y conmovedor. Estar presentes, y alcanzar, en medio de una demostración irrepetible, 'ver las voces' que desde la Montaña descienden hasta alcanzar lso rostros y la intimidad de cada uno y uno…
Shabat previo a Matán Torá. Tiempo de reconocernos. De poder detener el tiempo y mirarnos. Recorrer los rostros de las generaciones e identificarnos. Reflejarnos. Y buscar por entre los miles de surcos que hacen su contorno, el rostro porpio. Nuestro perfil humano y judío que tiene como punto de partida el tiempo cuando soy pueblo.
"HaIom hazé nihieta le-Am" nos dice HaShem…En un día como hoy te hiciste pueblo. Porque pudimos divisar los rostros y reconocer el interior de nuestra existencia.
A eso llamamos Matán Torá creo, humildemente. Al poder verme reflejado en cada letra de fuego blanco sobre fuego negro, que descendía para quedarse a vivir entre los hombres. Miradas celestiales con ojos humanos. Rostros que volvieron a tener su propio color. Color de vida. Arco Iris espiritual que despliega sus matices en cada tiempo y generación…
¡¡Shabat Shalom y Jodesh Tov uMeboraj!!!
¡Jag Matán Torá Sameaj!!!
Con amor eterno desde la cuna del pueblo eterno,
Vivi y Moti Maarabi
Ra'anana, Israel
עמך "עמי" 